El sobrepeso también es una
epidemia creciente entre nuestros canes.Se calcula que entre el 20 y el 40% de
los perros españoles sufren sobrepeso o su variante más extrema: la obesidad.
El estómago de un can no
está hecho para comer lo mismo que nosotros, por eso no es bueno que coman
nuestra comida. El sobrepeso afecta en Estados Unidos a 43,8 millones de
perros, es decir el 52% de la población canina estadounidense, y ya ha hecho
saltar todas las alarmas entre veterinarios y defensores de los animales. En
España el problema no es menos acuciante, ya que se calcula que entre un 20 y
un 40% de los perros españoles pueden tener sobrepeso u obesidad.
Porque esto no es una
cuestión estética sino de salud: el sobrepeso y la obesidad en los perros
pueden ser causa de todo tipo de enfermedades: desgaste excesivo en las
articulaciones, complicaciones respiratorias, problemas de páncreas, diabetes,
etc. El resultado es que incluso pueden acortar la vida de nuestros perros,
hasta dos años y medio calculan algunos expertos.
1.
Identifica si tu perro está en su peso
Lo primero es mirar
objetivamente a tu can para saber si tiene un problema de peso. Hay tablas para
conocer el peso ideal de cada perro en función de su raza, aunque variará
dependiendo de factores como la edad, si es mestizo, etc.
Foto: Nutro
En resumen: si se pasa en un
10% de su peso ideal entonces se considera que tiene sobrepeso. Si el exceso
fuera de hasta un 20%, estaríamos hablando de un animal obeso y deberán saltar
todas las alarmas.
2.
Replantéate el ejercicio en vuestras salidas
La obesidad de tu perro,
salvo casos raros, suele venir de comer demasiado o moverse demasiado poco, o
ambas cosas al mismo tiempo..
Si nos quedamos quietos en
el mismo sitio todo el rato poco ejercicio hará nuestro perro. Es mejor que le
llevemos a dar una vuelta y a paso
rápido, hombre si podemos y el puede ir trotando pues mejor
3.
No compartir mas comida
Es difícil hacer frente a su
mirada fija, sus ojos de lástima y su
implorante hocico cuando intentas empezar a comer tu comida pero eso que para
ti quizá sea un manjar, dadas las diferencias entre tu tamaño y estómago y el
tamaño y estómago de tu can, para tu perro puede no ser nada sano y, de
propina, contribuir en sobremanera a su obesidad. Además, con demasiada
frecuencia las comidas humanas están aderezadas con alimentos que pueden
resultar peligrosos para los perros.
4.
Elige bien el pienso
Tu veterinario es quién
mejor te puede asesorar sobre el pienso que necesita tu perro en función de su
edad, raza y circunstancias, como si ha sido esterilizado o no. Pero tú también
puedes elegir el pienso teniendo en cuenta una serie de variables. Por ejemplo,
un perro joven o un cachorro no es igual que uno adulto, ya que la actividad de
los primeros es mucho más alta y por lo tanto requerirán un pienso con mayor aporte
de energía.
Por otro lado, si el perro
está castrado tendrá tendencia al sobrepeso, y también es importante que tengas
en cuenta la actividad diaria que hacéis; si le sacas mucho o poco, su paseáis
mucho o estáis quietos en el parque. Si el perro o la perra es adulto, está
esterilizada y no sois de los que salís a hacer running juntos, mejor probar
con piensos más bajos en calorías. También debes tener en cuenta la raza.
En los sacos pienso
encontrarás información de sobras para elegir el más adecuado y la medida
aproximada que necesita tu can cada día. Procura medirla con una balanza y no
pasarte a no ser que ese día haya hecho ejercicio extra. Si ves que el perro
sigue teniendo hambre tras comer su ración, consulta con tu veterinario.
Finalmente, algo que muchos
olvidamos: ten en cuenta que las chuches caninas también engordan, así que si
te pasas con las chuches, reduce la ración de pienso.
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