SOS BILBAO

jueves, 26 de mayo de 2016

LA OBESIDAD EN LOS PERROS

El sobrepeso también es una epidemia creciente entre nuestros canes.Se calcula que entre el 20 y el 40% de los perros españoles sufren sobrepeso o su variante más extrema: la obesidad.
El estómago de un can no está hecho para comer lo mismo que nosotros, por eso no es bueno que coman nuestra comida. El sobrepeso afecta en Estados Unidos a 43,8 millones de perros, es decir el 52% de la población canina estadounidense, y ya ha hecho saltar todas las alarmas entre veterinarios y defensores de los animales. En España el problema no es menos acuciante, ya que se calcula que entre un 20 y un 40% de los perros españoles pueden tener sobrepeso u obesidad.
Porque esto no es una cuestión estética sino de salud: el sobrepeso y la obesidad en los perros pueden ser causa de todo tipo de enfermedades: desgaste excesivo en las articulaciones, complicaciones respiratorias, problemas de páncreas, diabetes, etc. El resultado es que incluso pueden acortar la vida de nuestros perros, hasta dos años y medio calculan algunos expertos.

1. Identifica si tu perro está en su peso
Lo primero es mirar objetivamente a tu can para saber si tiene un problema de peso. Hay tablas para conocer el peso ideal de cada perro en función de su raza, aunque variará dependiendo de factores como la edad, si es mestizo, etc.

Foto: Nutro

En resumen: si se pasa en un 10% de su peso ideal entonces se considera que tiene sobrepeso. Si el exceso fuera de hasta un 20%, estaríamos hablando de un animal obeso y deberán saltar todas las alarmas.

2. Replantéate el ejercicio en vuestras salidas
La obesidad de tu perro, salvo casos raros, suele venir de comer demasiado o moverse demasiado poco, o ambas cosas al mismo tiempo..
Si nos quedamos quietos en el mismo sitio todo el rato poco ejercicio hará nuestro perro. Es mejor que le llevemos a dar una vuelta  y a paso rápido, hombre si podemos y el puede ir trotando pues mejor

3. No compartir mas comida

Es difícil hacer frente a su mirada fija, sus ojos de lástima  y su implorante hocico cuando intentas empezar a comer tu comida pero eso que para ti quizá sea un manjar, dadas las diferencias entre tu tamaño y estómago y el tamaño y estómago de tu can, para tu perro puede no ser nada sano y, de propina, contribuir en sobremanera a su obesidad. Además, con demasiada frecuencia las comidas humanas están aderezadas con alimentos que pueden resultar peligrosos para los perros.

4. Elige bien el pienso

Tu veterinario es quién mejor te puede asesorar sobre el pienso que necesita tu perro en función de su edad, raza y circunstancias, como si ha sido esterilizado o no. Pero tú también puedes elegir el pienso teniendo en cuenta una serie de variables. Por ejemplo, un perro joven o un cachorro no es igual que uno adulto, ya que la actividad de los primeros es mucho más alta y por lo tanto requerirán un pienso con mayor aporte de energía.

Por otro lado, si el perro está castrado tendrá tendencia al sobrepeso, y también es importante que tengas en cuenta la actividad diaria que hacéis; si le sacas mucho o poco, su paseáis mucho o estáis quietos en el parque. Si el perro o la perra es adulto, está esterilizada y no sois de los que salís a hacer running juntos, mejor probar con piensos más bajos en calorías. También debes tener en cuenta la raza.


En los sacos pienso encontrarás información de sobras para elegir el más adecuado y la medida aproximada que necesita tu can cada día. Procura medirla con una balanza y no pasarte a no ser que ese día haya hecho ejercicio extra. Si ves que el perro sigue teniendo hambre tras comer su ración, consulta con tu veterinario.


Finalmente, algo que muchos olvidamos: ten en cuenta que las chuches caninas también engordan, así que si te pasas con las chuches, reduce la ración de pienso.

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