Durante miles
de años, estos animales han desarrollado habilidades únicas para comunicarse y
cooperar con los seres humanos
La capacidad social de los perros se ve afectada por genes que también
parecen influir en el comportamiento humano, según un nuevo estudio de la
Universidad de Linköping, en Suecia. Los autores han encontrado una relación
entre cinco genes diferentes y la capacidad de los perros para interactuar con
los seres humanos, y cuatro de ellos están también relacionados con los
trastornos sociales en los seres humanos, por ejemplo, el autismo.
"Nuestros
resultados son los primeros en revelar los genes que pueden haber causado el cambio extremo en el
comportamiento social, el cual ha ocurrido en
los perros a medida que fueron domesticados", dice Per Jensen, profesor de
Etología, que es el líder del grupo de investigación.
El perro es el animal domesticadomás antiguo y
durante miles de años se ha adaptado a una vida entre los humanos. Durante este
periodo, los perros han desarrollado habilidades únicas para comunicarse y
cooperar con los seres humanos.
En este
sentido, son ampliamente superiores a sus antepasados salvajes, los lobos. Frente
a una tarea difícil, la mayoría de los perros buscan el contacto con un ser
humano, al parecer para solicitar ayuda y en situaciones similares, los lobos
generalmente tratan de resolver el problema por sí mismos.
En el
nuevo estudio, publicado en la revista científica 'Scientific Reports', los
investigadores querían estudiar el comportamiento de los perros presentándoles
un problema sin solución. La tarea consistía en abrir una tapa hermética para
obtener un premio.
Formaron parte del estudio de
comportamiento casi 500 beagles con experiencias
anteriores similares de interacciones humanas. Los científicos utilizaron
grabaciones de vídeo para cuantificar la disposición de los perros a buscar el
contacto físico con una persona en la habitación cuando el problema resultó ser
demasiado difícil.
A
partir de más de 200 perros también se estudió el ADN. Mediante el uso de un
método llamado GWAS (estudio de asociación del genoma completo), los
investigadores examinaron un gran número de variantes genéticas en todo el
genoma. Se puede utilizar GWAS para averiguar si una variante genética
particular es más común entre las personas con un rasgo particular, como el
comportamiento de contactos buscado en este caso. Resultó que la búsqueda de
contacto fue más frecuente en perros con ciertas variantes genéticas.
"Hemos
encontrado una clara asociación con regiones del ADN que contienen cinco genes
de interés diferentes. Cuatro de los genes son conocidos previamente a partir
de estudios de los trastornos sociales en los seres humanos,
por ejemplo, el autismo y el TDAH [trastorno por déficit de atención e
hiperactividad]", dice Mia Persson, estudiante de doctorado y autor
principal del artículo.
El
TDAH, el autismo y trastornos neuropsiquiátricos similares están asociados con
dificultades con las interacciones sociales con otros seres humanos. "Si
las asociaciones que hemos encontrado se pueden confirmar en otras razas de
perros es posible que el comportamiento del perro también pueda ayudar a
comprender mejor los trastornos sociales en los seres humanos", concluye
Per Jensen.
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