Los que tenemos un perro en
la familia, sabemos lo bueno que es que nuestrso pequeños retoños se críen con
él. Yo siempre he dicho que Laidita es como su yaya. Si salimos a la calle y se
mueve de un lado a otro, Laida detrás, no le deja ni a sol ni a sombra. Si
vamos a las barracas, la pobre sufre lo indecible intentando subir tras él,
¿Qué es eso que se lleva al pequeño una y otra vez, con ese infernal ruido?, no
lo entiende y la pobre, cómo llora! (pero prefiero un poco de nervios o
malestar a dejarla en casa sola, la verdad, es parte de la familia, de lunes a
domingo)
Los que no tienen la suerte
de tener un peludillo en la familia, tendrán que leer el siguiente artículo:
“Los
chavales con hermanos mayores y/o con perros están más dispuestos a andar solos
por el barrio o ir al colegio por su cuenta.
Un
estudio dirigido por la doctora Hayley Christian, de la Facultad de Salud
Pública de la universidad de Western Australia, pone de manifiesto la
influencia de la tenencia de una mascota, preferentemente un perro, o de vivir en una familia con algún
hermano mayor sobre la movilidad y la independencia personal.
Según
la investigación, publicada en The Australian and New Zealand Journal of Public
Health, que analizó datos de 181 chicos y chicas de entre 8 y 15 años de edad y
de la actitud de sus padres respecto a si les dejaban caminar o ir en bici
solos por los parques del vecindario o de camino al colegio, o si por el
contrario les obligaban a ir acompañados de otros chicos o de los propios
adultos. Los investigadores constataron que muy pocos de ellos tenían libertad
para moverse por su cuenta sin supervisión de los padres debido a la
preocupación por los peligros del tráfico o de ser asaltados por algún extraño.
La
posibilidad de moverse en compañía de un hermano mayor o de un perro daba a los
padres una mayor sensación de seguridad. Ir acompañados de un hermano mayor era
el factor que más tranquilizaba a los padres. Además, según Christian,
acompañados e hermanos mayores aprenden mejor las rutas más seguras y a
desenvolverse en el tráfico, lo que aumenta la confianza de ellos y de sus
padres. Según el estudio, si el hermano mayor es del mismo sexo, los padres
también eran más propensos a dar al pequeño libertad y a ser más independiente.
Un niño con hermano mayor o una niña con hermana mayor tienen más cosas en
común y están más dispuestos a compartir intereses y amigos comunes.
También
tener un perro mejoraba la independencia y la seguridad, no solo porque aporta
compañía sino porque da a los padres más sensación de seguridad.”
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