Una
marca de lácteos ecológicos se alía con una protectora de animales y lanza una
campaña de adopción de canes abandonados a través de los envases
En España se abandonan 293 al día,
como sucede en España según el último balance de la Fundación Affinity (106.781
perros en 2014, además de 33.418 gatos, de los que un 12% son sacrificados).
Pipa es la primera en encontrar
casa entre los ocho canes adultos elegidos por la Asociación de Amigos da
Canceira (“perrera”, en gallego) de Ordes para protagonizar la primera campaña
de adopción que se emprende a través de los envases de yogur
Hace pocos días, el Ayuntamiento pidió a la asociación que
coloque ya mismo “al menos 10 perros”. Un portavoz del consistorio dice que se
prepara “una campaña urgente de concienciación en busca de adoptantes o, por lo
menos, de casas temporales de acogida” para evitar dar un paso nunca visto en
este refugio: los sacrificios.
Los lácteos de esta marca fundada en Mesía (A Coruña) en torno a
una casona del siglo XVIII llegan a buena parte de España a través de grandes
superficies y de pequeñas tiendas ecológicas. Además
dePipa, en la campaña “Un can, un
amigo” (que tiene otra de sus facetas en las charlas que da la protectora por
los colegios) aparecen retratados Bruno, Morfeo, Jimmy,
la cazadora Lissy, Orión,Trufa y Sil, hallado la
noche de Fin de Año. Estaba atrapado en una cuneta, y al principio no se dejaba
tocar, probablemente por el recuerdo de una mano que le pegaba. Ahora viaja por
el país en el yogur natural desnatado.
Bruno, protagonista de los enteros de vainilla, es el candidato a la adopción que se está haciendo más famoso porque su sabor es el que tiene mayor demanda. Apareció también abandonado en una carretera, y cuando llegó a la perrera de Ordes parecía que el miedo a la especie humana acumulado en sus dos años de vida era insuperable. “Le ladraba absolutamente a todo, era desconfiado. Pero al final se reveló como una auténtica joya, obediente, inteligente”, describe Jessica Rey, que trabaja en Casa Grande como responsable de marketing y visitas y a la vez es, como otros vecinos de la zona, socia de Amigos da Canceira.
Ella tuvo la idea de usar los yogures para propagar la realidad
de los residentes en la perrera. Le sonaban las campañas en busca de
desaparecidos, vía tetrabrick, en Estados Unidos, y rastreó por internet algo
semejante sobre adopciones caninas. Se topó con el ejemplo de Kombucha Dog, una
bebida de té dulce fermentado con cultivos de bacterias y levadura que se embotella
en Los Ángeles. El refresco se puso de moda, no se sabe si por la carga
antioxidante que promete o por la galería de fotos de perro que luce en sus
etiquetas blancas. Ha hallado familia para más de 100.